Dos días antes, el 11 y 12 de Noviembre nos encontramos
viajando juntos; Cindy Ramirez, Matías Puebla, y Luis Valle, desde Santiago a
Villa la Angostura, lugar de la final series de la competencia #K42, sin haber cruzado palabra alguna
antes, viajamos producto de un premio de #Olimpo
por haber corrido el K42 en Altos de Cantillana en la laguna de Aculeo, Cindy Ramirez
y Luis Valle por haber ganado la competencia en Chile, Matías y yo por haber
completado la prueba y entrar a un sorteo.
El día de la competencia, aquel imborrable 14
de Noviembre desde muy temprano toda Villa la Angostura palpitaba el cerro Bayo,
un mañana helada pero con el Sol encima. No es posible transmitir lo ocurrido a
cada momento en esa pequeña ventana de tiempo que pasamos en VLA. Esta es una
carrera para disfrutar desde que llegas a Villa la Angostura, la conversación
casual de paradero sobre como viene la competencia, el encuentro cotidiano con
los mejores exponentes del trail a nivel mundial y disfrutar su sencillez, los
paisajes de sueño, y por supuesto disfrutar cada uno de los senderos entre
arrayanes. Esta es una carrera para enfrentar la pregunta sin respuesta, para que
correr? Para vivir esto corremos.
A las 7 y 30 nos tomábamos la ultima foto en
una salita del hostal La Roca, ya habíamos pasado un día entero compartiendo en
bicicleta recorriendo los bosques, el Itsmo, contemplando la claridad de los
riachuelos, el esplendor de los cerritos… a esas alturas ya me daba cuenta que compartía
con 3 personas llenas de energía, sencillas, muy alegres, de esas que menciona
Galeano que son como llamitas, y quien se acerca se enciende. Tuve la suerte de
estar en el momento preciso en el lugar soñado. Y estábamos a 30 minutos de seguir
disfrutando la vida a mil entre senderos.
A las 7 y 45 los 4 trotamos a formarnos en la
partida, Cindy y Luis se ubicaron en la alfombra roja mientras los nombraban
por alto parlante y todos aplaudíamos, ellos dos entre 90 elite y 2000
corredores, con Matías nos formamos mas atrás pero luego nos pusimos atrás de
los elite, había muchas personas con un solo chip así que no éramos para nada
los únicos… los elite usaron un chip en cada zapatilla.
Y entonces… las 8 menos 10 segundos, las 8
menos 9 segundos… las 8 menos 2 segundos… cero… de inmediato perdí de vista a
Matias, traté de avanzar por las orillas, por los costados de la calle, fue un
mar de corredores camino al cerro
Belvedere.
Todo el comienzo era un progresivo falso plano, pero al empezar a subir
el cerro Belvedere un senderito angosto haría de cuello de botella, había que ubicarse
lo mejor posible para avanzar, el sendero serpenteaba entre bosques, a veces mucha
arena producto del Volcán Puyehue que lanzo una cantidad importante de cenizas
que llegó hasta el cerro Bayo… y corredores de todas la edades fluyendo hacia
el cerro… algunos arboles tenían colgado
el kilometraje, a un costado se disfrutaba el paisaje con el Itsmo... un sueño,
la vida, los arboles, las zapatillas, el corazon, el buff empapado de sudor
todo junto y revuelto mientras el trote oscilaba entre los kilómetros 12 al 20
a ratos en sectores de la ruta de competencia, grupos de personas te alentaba
por el nombre, el numero llevaba el nombre y todos te conocían, una mesita
afuera de una casa en el cerro con niños y unas botellas dando agua a los
corredores, un vasito de agua que ningún isotónico podría reemplazar. A ese
andar en cada momento sabes que te aproximas a los pies del Bayo en el
kilometro 24, es una carrera rápida, en cada falso plano avanzo un poquito más…
la primera subida al Bayo esta con mucha ceniza y una pendiente mediana, me
tomo un gel llego la hora de avanzar camino al kilometro 30 y la cumbre del cerro
Bayo…
Se llega a un punto de abastecimiento donde un
tipo con disfraz de una empanada te saludaba al cruzar el pórtico, mientras dos
personas con bandejas te ofrecían empanadas.. jajaja si hubiera podido comer
algo, feliz con un te me comía un par… a metros del pórtico el puesto de abastecimiento,
comí naranjas, tomé isotónico y me llevo un plátano para el camino, harta gente
alentando en ese punto.
Y empiezan las subidas en zig zag… ingenuamente
pensé que estábamos en la cumbre, la subida era nada… ahora entrabamos a la pendiente
fuerte y por supuesto por la altura llegábamos a la nieve…
La
subida la enfrenté con la cabeza fría y el corazón ardiendo, troté las subidas
de pendiente “tenues” y caminé por las pronunciadas, caminé rápido, alcanzo a Matías,
lo veo dando la batalla, del sendero donde nos encontramos, éramos casi los únicos
sin bastones… mas allá veo una bajada de agua directo desde la nieve, me lavo
la cara y tomo un poquito de ese deshielo, estamos cerca y lejos al mismo
tiempo de la cumbre, se divisan un par de zig zag mas entre la nieve antes de
alcanzar la cumbe del cerro Bayo (1782msnm), entre la nieve me costó caminar,
me alcanza Matías viene con un segundo aire, me pasa, alcanzo la cumbre y lo
veo correr entre las piedras.. luego la nieve, también corro pero ya ha sido tanta
la arena de ceniza como la nieve, que debo parar y sentarme en una roca a sacarme
los zapatillas, sacar las plantillas para limpiar y me vuelvo a levantar… hay
un punto de abastecimiento, bajando la cumbre saludo a la gente todos son muy
alegres y todos dan unas gotitas de aliento muy fáciles de asimilar J… como naranjas, tomo isotónico y me llevo un plátano para el camino… bebo el
segundo isotónico un dextro que me había pasado Luis, quiero correr y mi gemelo
izquierdo puede aguantar… corro y paso corredores en la bajada, no es muy técnica
y la pendiente no es abrupta, corro entre el sendero del bosque, se que quedan cerca
de 10km corro, corro y corro... llevo más de 4 horas y las menos de 5 horas en este K42 no las he
abandonado, corro y veo a Matías bajando por los senderos le grito “te voy a
alcanzar weon y llegamos juntos” me pongo de su lado y estamos a 6 km vamos a
trote, Matías enfrenta su cabeza con la frente en alto, legamos al último puesto de abastecimiento a cerca de
4km de la meta…. Matías no quiere parar, yo como naranjas.. agua, un vaso de
bebida. Matías retoma el trote, es necesario y lo alcanzo otra vez….. y vamos
que se puede… la pelea se da hasta la última gota de sudor… seguimos entre el
sendero paralelo al asfalto y nos quedan 3 km y tenemos 30min para hacer la carrerita
en menos 5 horas… hay que resistir… Todo es un regalo, la naturaleza los saludos
de los niños que salen al camino y nos estiran las manos para chocarlas… y
entonces dejamos el sendero cruzamos un puente de madera y nos tomamos la
calle, la gente a los lados nos aplauden y la moto se queda una cuadra filmando
delante de nosotros… estamos a menos de 1 km, la francesita “que dupla, vos dale”
y seguimos a paso de aguante… vemos que otro corredor viene firme, y empezamos
el ultimo trote vamos llegando en menos de 5 horas… los aplausos, el ritmo de
llegada a la meta, damos vuelta la curva y entonces la meta, cruzamos en 4:43,
las casualidades del trail compartir la meta con la euforia de haber
bajado a mil el Bayo. De los cerca de
2000 corredores y 90 elite, llegamos 54 y 55 en las posiciones generales...
Luis valle había llegado cerca de 45 minutos
antes, conservaba la tranquilidad de los grandes. Caminamos a encontrar a
Cindy, cuando cerca de las 5:30 viene por la calle, Matias nos pasa el celular
con cámara de video, con Luis corremos uno a cada lado estamos llegando todos. La
acompañamos en su último trote hasta metros de la meta, fuimos un buen equipo.
La gracia del trail, feliz de haber compatido esta experiencia, feliz de subir
y bajar el Bayo, feliz de seguir subiendo cerros.
#MundoRunning #Olimpo #NoviembreesK42 #K42