domingo, 22 de noviembre de 2015

K42 Final Series… (o simplemente, Gracias a la Vida)


Dos días antes, el 11 y 12 de Noviembre nos encontramos viajando juntos; Cindy Ramirez, Matías Puebla, y Luis Valle, desde Santiago a Villa la Angostura, lugar de la final series de la competencia #K42, sin haber cruzado palabra alguna antes, viajamos producto de un premio de #Olimpo por haber corrido el K42 en Altos de Cantillana en la laguna de Aculeo, Cindy Ramirez y Luis Valle por haber ganado la competencia en Chile, Matías y yo por haber completado la prueba y entrar a un sorteo.





El día de la competencia, aquel imborrable 14 de Noviembre desde muy temprano toda Villa la Angostura palpitaba el cerro Bayo, un mañana helada pero con el Sol encima. No es posible transmitir lo ocurrido a cada momento en esa pequeña ventana de tiempo que pasamos en VLA. Esta es una carrera para disfrutar desde que llegas a Villa la Angostura, la conversación casual de paradero sobre como viene la competencia, el encuentro cotidiano con los mejores exponentes del trail a nivel mundial y disfrutar su sencillez, los paisajes de sueño, y por supuesto disfrutar cada uno de los senderos entre arrayanes. Esta es una carrera para enfrentar la pregunta sin respuesta, para que correr? Para vivir esto corremos.





A las 7 y 30 nos tomábamos la ultima foto en una salita del hostal La Roca, ya habíamos pasado un día entero compartiendo en bicicleta recorriendo los bosques, el Itsmo, contemplando la claridad de los riachuelos, el esplendor de los cerritos… a esas alturas ya me daba cuenta que compartía con 3 personas llenas de energía, sencillas, muy alegres, de esas que menciona Galeano que son como llamitas, y quien se acerca se enciende. Tuve la suerte de estar en el momento preciso en el lugar soñado. Y estábamos a 30 minutos de seguir disfrutando la vida a mil entre senderos.


A las 7 y 45 los 4 trotamos a formarnos en la partida, Cindy y Luis se ubicaron en la alfombra roja mientras los nombraban por alto parlante y todos aplaudíamos, ellos dos entre 90 elite y 2000 corredores, con Matías nos formamos mas atrás pero luego nos pusimos atrás de los elite, había muchas personas con un solo chip así que no éramos para nada los únicos… los elite usaron un chip en cada zapatilla.

Y entonces… las 8 menos 10 segundos, las 8 menos 9 segundos… las 8 menos 2 segundos… cero… de inmediato perdí de vista a Matias, traté de avanzar por las orillas, por los costados de la calle, fue un mar de corredores camino al cerro Belvedere. 



Todo el comienzo era un progresivo falso plano, pero al empezar a subir el cerro Belvedere un senderito angosto haría de cuello de botella, había que ubicarse lo mejor posible para avanzar, el sendero serpenteaba entre bosques, a veces mucha arena producto del Volcán Puyehue que lanzo una cantidad importante de cenizas que llegó hasta el cerro Bayo… y corredores de todas la edades fluyendo hacia el cerro…  algunos arboles tenían colgado el kilometraje, a un costado se disfrutaba el paisaje con el Itsmo... un sueño, la vida, los arboles, las zapatillas, el corazon, el buff empapado de sudor todo junto y revuelto mientras el trote oscilaba entre los kilómetros 12 al 20 a ratos en sectores de la ruta de competencia, grupos de personas te alentaba por el nombre, el numero llevaba el nombre y todos te conocían, una mesita afuera de una casa en el cerro con niños y unas botellas dando agua a los corredores, un vasito de agua que ningún isotónico podría reemplazar. A ese andar en cada momento sabes que te aproximas a los pies del Bayo en el kilometro 24, es una carrera rápida, en cada falso plano avanzo un poquito más… la primera subida al Bayo esta con mucha ceniza y una pendiente mediana, me tomo un gel llego la hora de avanzar camino al kilometro 30 y la cumbre del cerro Bayo…
Se llega a un punto de abastecimiento donde un tipo con disfraz de una empanada te saludaba al cruzar el pórtico, mientras dos personas con bandejas te ofrecían empanadas.. jajaja si hubiera podido comer algo, feliz con un te me comía un par… a metros del pórtico el puesto de abastecimiento, comí naranjas, tomé isotónico y me llevo un plátano para el camino, harta gente alentando en ese punto.

Y empiezan las subidas en zig zag… ingenuamente pensé que estábamos en la cumbre, la subida era nada… ahora entrabamos a la pendiente fuerte y por supuesto por la altura llegábamos a la nieve…



La subida la enfrenté con la cabeza fría y el corazón ardiendo, troté las subidas de pendiente “tenues” y caminé por las pronunciadas, caminé rápido, alcanzo a Matías, lo veo dando la batalla, del sendero donde nos encontramos, éramos casi los únicos sin bastones… mas allá veo una bajada de agua directo desde la nieve, me lavo la cara y tomo un poquito de ese deshielo, estamos cerca y lejos al mismo tiempo de la cumbre, se divisan un par de zig zag mas entre la nieve antes de alcanzar la cumbe del cerro Bayo (1782msnm), entre la nieve me costó caminar, me alcanza Matías viene con un segundo aire, me pasa, alcanzo la cumbre y lo veo correr entre las piedras.. luego la nieve, también corro pero ya ha sido tanta la arena de ceniza como la nieve, que debo parar y sentarme en una roca a sacarme los zapatillas, sacar las plantillas para limpiar y me vuelvo a levantar… hay un punto de abastecimiento, bajando la cumbre saludo a la gente todos son muy alegres y todos dan unas gotitas de aliento muy fáciles de asimilar J… como naranjas, tomo isotónico  y me llevo un plátano para el camino… bebo el segundo isotónico un dextro que me había pasado Luis, quiero correr y mi gemelo izquierdo puede aguantar… corro y paso corredores en la bajada, no es muy técnica y la pendiente no es abrupta, corro entre el sendero del bosque, se que quedan cerca de 10km corro, corro y corro... llevo más de 4 horas y  las menos de 5 horas en este K42 no las he abandonado, corro y veo a Matías bajando por los senderos le grito “te voy a alcanzar weon y llegamos juntos” me pongo de su lado y estamos a 6 km vamos a trote, Matías enfrenta su cabeza con la frente en alto, legamos  al último puesto de abastecimiento a cerca de 4km de la meta…. Matías no quiere parar, yo como naranjas.. agua, un vaso de bebida. Matías retoma el trote, es necesario y lo alcanzo otra vez….. y vamos que se puede… la pelea se da hasta la última gota de sudor… seguimos entre el sendero paralelo al asfalto y nos quedan 3 km y tenemos 30min para hacer la carrerita en menos 5 horas… hay que resistir… Todo es un regalo, la naturaleza los saludos de los niños que salen al camino y nos estiran las manos para chocarlas… y entonces dejamos el sendero cruzamos un puente de madera y nos tomamos la calle, la gente a los lados nos aplauden y la moto se queda una cuadra filmando delante de nosotros… estamos a menos de 1 km, la francesita “que dupla, vos dale” y seguimos a paso de aguante… vemos que otro corredor viene firme, y empezamos el ultimo trote vamos llegando en menos de 5 horas… los aplausos, el ritmo de llegada a la meta, damos vuelta la curva y entonces la meta, cruzamos en 4:43, las casualidades del trail compartir la meta con la euforia de haber bajado  a mil el Bayo. De los cerca de 2000 corredores y 90 elite, llegamos 54 y 55 en las posiciones generales... 
Luis valle había llegado cerca de 45 minutos antes, conservaba la tranquilidad de los grandes. Caminamos a encontrar a Cindy, cuando cerca de las 5:30 viene por la calle, Matias nos pasa el celular con cámara de video, con Luis corremos uno a cada lado estamos llegando todos. La acompañamos en su último trote hasta metros de la meta, fuimos un buen equipo. La gracia del trail, feliz de haber compatido esta experiencia, feliz de subir y bajar el Bayo, feliz de seguir subiendo cerros.



Olimpo y amigos… gracias totales.

#MundoRunning #Olimpo #NoviembreesK42 #K42

domingo, 8 de noviembre de 2015

Corralco Challenge 2015

                                     

El día viernes 6 de Noviembre debía hacer clases hasta las 10am terminando aquello, me fui tapido al aeropuerto y a las 13:00 ya viajaba camino a Corralco Challenge por 70k.  A las 16:00 ya estaba en el aeropuerto de Temuco y a mas de 120km de Corralco, el retiro de Kit era hasta las 19:00 horas y debía tratar de llegar por el…

Conocí dos personas que iban a la carrera y habían arrendado un transfer con ellos pude viajar casi dos horas hasta el lugar de retiro de kit y desde el mismo lugar donde sería el inicio de la competencia a las 6:00, allí ya uno se encuentra con los amigos de rutas compartidas, Verónica Lobos, Guillermo Sallato, Nelson Villavicencio, el volcán imponente de fondo y el frío se respira por los poros… lejos de todo, con frío de montaña abrazador, y un poco solo frente a frente mirando a los ojos el desafío.





Las reuniones poseían información trascendental para las rutas, el primer abastecimiento no estaría a 5km sino a un poquito más de 10, eso cambiaba notoriamente al forma de enfrentar la carrera, en esta oportunidad se corrió 15 km, 32km y dar la vuelta al  Volcán Lonquimay completando 70 km en una ruta para recordar, recordar y seguir sonriendo. La reunión se extendió hasta pasadas las 21:00 un poco tarde considerando que hartos nos hospedábamos a varios kilómetros de ahí y ni idea como movilizarse si no andabas con vehículo, además se daba la indicación que a las 5:00 ya había que estar presente en la línea de largada.

Tuve mucha suerte de hablar con Guillermo y Vero, por que consiguieron que los amigos de Green Trail que también se hospedaban a unos tantos kilómetros, me llevaran hasta el hostal donde amigos de Mundo Running se hospedaban (unos 12 km), mil gracias Andrés Cordero, la camaradería abrigo el frio de la montaña… esa noche compartí una taza de te con los amigos MRT y preparamos las mochilas, la hidratación, las gomitas, el alimento de marcha, descanse un par de horas en un camarote y había que estar listo para el largo viaje alrededor del Lonquimay (Cabeza Tupida en Madungun). A las 5:00 me paso fue a buscar Francisco Paredes y otra vez mil gracias a Green Trail, habiendo cruzado un par de palabras en los cerros toda la camaradería quedaba al descubierto, no era fácil llegar de un hospedaje hasta el hotel Corralco, menos a esa hora. Llegamos y hacia muuuuucho frio, aun oscuro, del Volcán solo mostraba blancos dientes de nieve, el frío era hostil en un paisaje de ensueño. A minutos de ser las 6 de la mañana, aun oscuro y con bastante frío… para toda la competencia habían cuatrocientos corredores inscritos y en los 70 km solo 33, yo era uno de ellos en la línea de partida, la polera de Mundo Running, las manguitas del kit, compresoras y nuevas zapatillas con Goretex (no era la mejor elección pero era lo que tuve), la luz frontal encendida… y empezamos el desafío, me encanta observar las araucarias, pero desde un comienzo la subida progresiva entre araucarias a la altura de la rodilla rompía las piernas, subimos un cerrito de piedras y es tan densa la neblina que no es posible ver a un par de metros… sigo los corredores que logro divisar vamos con José Ruiz… cata alegría… no hay marcas visibles, caminamos en el filo de un cerrito con muchas piedras sin divisar el camino…



nos dividimos y gritamos por si los punteros logran ver marcas… de apoco avanzamos y logramos divisar una palometa más abajo… corremos hacia allá vamos en el grupo de avanzada, habíamos subido de inmediato una distancia considerable, ahora hay que bajar por un bosque y nos aproximamos rápidamente por esa pendiente negativa a los primeros 10k y un punto de abastecimiento con agua e isotónico… seguimos a poco andar hacia el kilómetro 15 y la nieve es en demasía, en principio solo zigzag, luego en plano y muy blanda, hasta las rodillas, las zapatillas con Goretex impedían que saliera rápido el agua y me empezaban a doler de a poquito los dedos de los pies… trote hacia el kilómetro 20, donde de lleno era un bosque a veces ya sin sendero, marcas si, senderos no… piedras, arboles cruzados, nieve, riachuelos… para finalmente  salir a piedra volcánica, piedras donde es muy fácil torcerse el pie, piedras que se rompen al pisar y caes un poco más de lo pensado, piedras duras, todo es descubrir donde se cree pisar con algo de seguridad, el suelo falla y hay que levantarse para seguir. Voy ubicándome dentro de los 10, antes del kilómetro 30 me pongo 5, luego 4 y sigo a la caza del corredor que me antecede… hay mucha nieve, pero me siento con ganas de trotar… le alcanzo y me ubico en el puesto 3, hay puentes de nieve, donde marcados riachuelos de deshielo circulan por abajo, el pisar en el lugar equivocado significa caer por ahí hasta una cierta profundidad y al agua helada, sigo el camino difícil por la nieve, mis pies me duelen un poco… y entonces hay que cruzar un río de deshielo… mas nada lo cruzo con personas que observan de ambos lado pues es complejo el escenario… y al cruzar el dolor no me deja caminar, trato de concentrarme y de dar un paso, me cuesta, y lo logro, seguimos de pie entre la nieve, el dolor es pasajero… una larga bajada por senderos muy marcados, lleno de vegetación y múltiples riachuelos con deshielo que cruzan el camino… 


troto resistiendo el golpeteo de la rodilla y los pies mojados me había dolido bastante… tropiezo muy fuerte contra un tronco, no caí pero el dolor de espalda por el efecto látigo me acompañaría en toda la bajada, el miedo a caer también me seguiría un rato, paro en un deshielo me mojo la cara, la cabeza respiro… y sigo entre tanta vegetación es una bajada de cerca 15 kilómetros… voy en el kilómetro 40 cansado, pero feliz del paisaje, de la claridad de las nubes, el espesor verde que nos envuelve, al vida que nos pone pruebas, y el volcán visto por todas partes… en el kilómetro 42 teníamos un punto de drop bag, deje dos cosas… un bloqueador y una lata de #KiWay, habían plátanos naranjas e isotónico,… la vida sigue y después de 5 horas y medias, la carrera recién empieza, es cuesta arriba y subimos casi 1k vertical en 15 kilómetros... estoy cansado pero vivo… troto despacio, hay que salir de ahí… a los costados me sorprenden los cráteres tan marcados, subidas y subidas que me empiezan a comer las piernas, lagunas de transparencia colorea, verde, azul, naranjo.. árboles secos sobreviviendo erguidos en medio del agua… puedo divisar algo de la cumbre pero de vuelta a la nieve, el corredor que me sigue esta a 1 kilómetro, estoy muy cansado… y a lo lejos, entre los cerros veo el perfil del corredor delante mío, tengo un motivo para volver al trote, troto en la medida que puedo y alcanzo la cumbre estoy muy cansado me siento, bebo un jugo y cabeceo para dormir, me echo nieve en la cara en el cuello, tengo mucho sueño, debe ser la hipoxia tengo que salir de ahí porque ahora siento mucho frío…. Empieza la bajada solo unos kilómetros mas allá, y entonces pasando el kilómetro 60… hay que trotar, mucho nieve blanda otra vez, troto… acuso dolor en el gemelo izquierdo… tropiezo entre la nieve y caigo pero es una carrera de 10 kilómetros.. estoy llegando, ya diviso gente me ven pasar estoy llegando a suelo firme y entonces me alientan… tomo el ritmo de trote, y no he soltado un palo que recogí en el kilómetro 3 para poder avanzar, subirme, sujetarme en la nieve cada vez que caí, estoy llegando y me quedan menos de 5 kilómetros veo el hotel… sé que puedo, resisto el trote hasta el final, llego a los vehículos, entro en la recta final y cruzo la meta en 9 horas y 30 minutos, tercero en la general, después de una larga travesía… la vida fluye, y a veces, fluye como cascada…