miércoles, 12 de enero de 2011

Marciano Durán (Uruguayo)



Esos locos que corren....

Yo los conozco.
Los he visto muchas veces.
Son raros.
Algunos salen temprano a la mañana y se empeñan en ganarle al sol.
Otros se insolan al mediodía, se cansan a la tarde o intentan que no los atropelle un camión por la noche.
Están locos.
En verano corren, trotan, transpiran, se deshidratan y finalmente se cansan… sólo para disfrutar del descanso.
En invierno se tapan, se abrigan, se quejan, se enfrían, se resfrían y dejan que la lluvia les moje la cara.
Yo los he visto.
Pasan rápido por la rambla, despacio entre los árboles, serpentean caminos de tierra, trepan cuestas empedradas, trotan en la banquina de una carretera perdida, esquivan olas en la playa, cruzan puentes de madera, pisan hojas secas, suben cerros, saltan charcos, atraviesan parques, se molestan con los autos que no frenan, disparan de un perro y corren, corren y corren.
Escuchan música que acompaña el ritmo de sus piernas, escuchan a los horneros y a las gaviotas, escuchan sus latidos y su propia respiración, miran hacia delante, miran sus pies, huelen el viento que pasó por los eucaliptos, la brisa que salió de los naranjos, respiran el aire que llega de los pinos y entreparan cuando pasan frente a los jazmines.
Yo los he visto.
No están bien de la cabeza.
Usan championes con aire y zapatillas de marca, corren descalzos o gastan calzados.
Traspiran camisetas, calzan gorras y miden una y otra vez su propio tiempo. Están tratando de ganarle a alguien.
Trotan con el cuerpo flojo, pasan a la del perro blanco, pican después de la columna, buscan una canilla para refrescarse… y siguen.
Se inscriben en todas las carreras… pero no ganan ninguna.
Empiezan a correrla en la noche anterior, sueñan que trotan y a la mañana se levantan como niños en Día de Reyes.
Han preparado la ropa que descansa sobre una silla, como lo hacían en su infancia en víspera de vacaciones.
El día antes de la carrera comen pastas y no toman alcohol, pero se premian con descaro y con asado apenas termina la competencia.
Nunca pude calcularles la edad pero seguramente tienen entre 15 y 85 años. Son hombres y mujeres.
No están bien.
Se anotan en carreras de ocho o diez kilómetros y antes de empezar saben que no podrán ganar aunque falten todos los demás.
Estrenan ansiedad en cada salida y unos minutos antes de la largada necesitan ir al baño.
Ajustan su cronómetro y tratan de ubicar a los cuatro o cinco a los que hay que ganarles.
Son sus referencias de carrera: “Cinco que corren parecido a mí”. Ganarle a uno solo de ellos será suficiente para dormir a la noche con una sonrisa.
Disfrutan cuando pasan a otro corredor… pero lo alientan, le dicen que falta poco y le piden que no afloje.
Preguntan por el puesto de hidratación y se enojan porque no aparece.
Están locos, ellos saben que en sus casas tienen el agua que quieran, sin esperar que se la entregue un niño que levanta un vaso cuando pasan.
Se quejan del sol que los mata o de la lluvia que no los deja ver.
Están mal, ellos saben que allí cerca está la sombra de un sauce o el resguardo de un alero.
No las preparan… pero tienen todas las excusas para el momento en que llegan a la meta.
No las preparan…son parte de ellos.
El viento en contra, no corría una gota de aire, el calzado nuevo, el circuito mal medido, los que largan caminando adelante y no te dejan pasar, el cumpleaños que fuimos anoche, la llaga en el pie derecho de la costura de la media nueva, la rodilla que me volvió a traicionar, arranqué demasiado rápido, no dieron agua, al llegar iba a picar pero no quise.
Disfrutan al largar, disfrutan al correr y cuando llegan disfrutan de levantar los brazos porque dicen que lo han conseguido.
¡Qué ganaron una vez más! No se dieron cuenta de que apenas si perdieron con un centenar o un millar de personas… pero insisten con que volvieron a ganar. Son raros. Se inventan una meta en cada carrera.
Se ganan a sí mismos, a los que insisten en mirarlos desde la vereda, a los que los miran por televisión y a los que ni siquiera saben que hay locos que corren.
Les tiemblan las manos cuando se pinchan la ropa al colocarse el número, simplemente por que no están bien. Los he visto pasar.
Les duelen las piernas, se acalambran, les cuesta respirar, tienen puntadas en el costado… pero siguen.
A medida que avanzan en la carrera los músculos sufren más y más, la cara se les desfigura, la transpiración corre por sus caras, las puntadas empiezan a repetirse y dos kilómetros antes de la llegada comienzan a preguntarse que están haciendo allí.
¿Por qué no ser uno de los cuerdos que aplauden desde la vereda?
Están locos.
Yo los conozco bien.
Cuando llegan se abrazan de su mujer o de su esposo que disimulan a puro amor la transpiración en su cara y en su cuerpo.
Los esperan sus hijos y hasta algún nieto o algún abuelo les pega un grito solidario cuando atraviesan la meta.
Llevan un cartel en la frente que apaga y prende que dice “Llegué -Tarea Cumplida”.
Apenas llegan toman agua y se mojan la cabeza, se tiran en el pasto a reponerse pero se paran enseguida porque lo saludan los que llegaron antes.
Se vuelven a tirar y otra vez se paran porque van a saludar a los que llegan después que ellos. Intentan tirar una pared con las dos manos, suben su pierna desde el tobillo, abrazan a otro loco que llega más transpirado que ellos.
Los he visto muchas veces.
Están mal de la cabeza.
Miran con cariño y sin lástima al que llega diez minutos después, respetan al último y al penúltimo porque dicen que son respetados por el primero y por el segundo.
Disfrutan de los aplausos aunque vengan cerrando la marcha ganándole solamente a la ambulancia o al tipo de la moto.
Se agrupan por equipos y viajan 200 kilómetros para correr 10. Compran todas las fotos que les sacan y no advierten que son iguales a las de la carrera anterior.
Cuelgan sus medallas en lugares de la casa en que la visita pueda verlas y tengan que preguntar.
Están mal. -Esta es del mes pasado- dicen tratando de usar su tono más humilde. -Esta es la primera que gané- dicen omitiendo informar que esa se la entregaban a todos, incluyendo al que llegaba último y al inspector de tránsito.
Dos días después de la carrera ya están tempranito saltando charcos, subiendo cordones, braceando rítmicamente, saludando ciclistas, golpeando las palmas de las manos de los colegas que se cruzan.
Dicen que pocas personas por estos tiempos son capaces de estar solos -consigo mismo- una hora por día.
Dicen que los pescadores, los nadadores y algunos más.
Dicen que la gente no se banca tanto silencio.
Dicen que ellos lo disfrutan.
Dicen que proyectan y hacen balances, que se arrepienten y se congratulan, se cuestionan, preparan sus días mientras corren y conversan sin miedos con ellos mismos.
Dicen que el resto busca excusas para estar siempre acompañado.
Están mal de la cabeza.
Yo los he visto.
Algunos solo caminan… pero un día… cuando nadie los mira, se animan y trotan un poquito.
En unos meses empezarán a transformarse y quedarán tan locos como ellos.
Estiran, se miran, giran, respiran, suspiran y se tiran.
Pican, frenan y vuelven a picar.
Me parece que quieren ganarle a la muerte.
Ellos dicen que quieren ganarle a la vida.
Están completamente locos.

lunes, 10 de enero de 2011

Licanray - k70 - Villarrica: El sueño de Atacama



Son las 8:00 estamos en el punto de partida en Licanray, el día amanece nublado con un viento levemente frio, la temperatura debe ser levemente menor a 10º está ideal para salir a correr entre la carretera, caminos rurales, bosques y ríos de lava… en la partida se reconocen la mayor parte de las caras, me encuentro con Oscar, un amigo de North Face Running con sus celebres frases, también está  el “partner” Bernard, la gente del team Salomon Matías y Angela, Cristian Sieveking + Jr., los amigos de Solofondo y Felipe, Francisco, Daniel y yo por Nunatak.

8:34 y algunos segundos, se inicia el conteo… 10, 9… Atacama y los 250k nunca estuvieron más cerca… 8, 7… y tampoco tan lejos… 6, 5, 4… es la última carrera, y aun ya estando sin posibilidades… 3, 2, 1… hay que competir como Equipo…

Los primeros 6k fueron un trote suave, suave, mientras veíamos como se comenzaban a distanciar los corredores, Francisco avanzó un poco más, atrás con el trote seguíamos con Felipe y Daniel… el día invitaba a salir a hacer deporte, hermoso el paisaje del lago Calafquén, nos despedimos de Alejandro quien nos acompañó un primer tramo de la travesía nos reencontramos con Francisco y emprendemos el camino es rural. Iniciamos una larga subida de cerca de 8k, al menos el día nos acompañaba, entramos en un bosque y seguimos subiendo, avanzamos juntos Nunatak y Solo Fondo, Mundorunning corría filmaba, nos sacaba fotos y se adelantaba como sabiendo el merito que debía hacer pues ganaría el pasaje a Rapa Nui coreado por un “se lo merece”!!!

Unos metros antes de salir del bosque al río de lava, y ya muy atrás de Solo Fondo, nos alcanza el primer ciclista, quien ganaría la general con 2 horas 35, uffff…. Cruzamos, caminamos con Francisco… solo caminamos para juntarnos nuevamente como equipo, cruzamos un seco rio de lava, y nos sentamos a esperar, pasan varios minutos (un poco mas de 10) y con Francisco decidimos caminar, los últimos corredores nos relegan a esa posición… y ahí viene Daniel y Felipe… por fin nuevamente casi juntos, llegamos al kilometro 25 y Francisco nos da la noticia, Felipe no sigue en carrera, vamos últimos, el cupo a Atacama tan cerca… y tan lejos… entonces seguimos… en el kilometro 30… nos alejamos de Daniel quien desde la primera carrera con esfuerzo la término… sabíamos que cosecho una fortaleza mental para avanzar, avanzar y avanzar!... trotamos y alcanzamos a 2 de los últimos corredores, en el kilometro 32, nos despedimos con Francisco, Nunatak ya no era más… con el retiro de Felipe de carrera la suerte estaba echada…  nos despedimos y empiezo a correr, el sol ya estaba haciendo de las suyas… la sequedad del terreno y la reflexión de la luz sobre la arena me iban tatuando el reloj en la muñeca y enrojeciéndome de sobremanera las orejas y las ojeras…

Saco la cuenta, queda mas de la mitad de la carrera en distancia, tengo comida llevo agua hasta el kilometro 40 donde podría recargar y empiezo a alcanzar corredores, de apoquito empiezo a dejar las últimas posiciones, llevo casi 5 horas de carrera, en el kilometro 40 me encuentro con Cristian García Huidobro me convida frutos rojos… yo estaba muy consciente de lo que tenía y frutos rojos era lo que me faltaba… como plátanos, cargo la caramayola, y sigo avanzando… hay que enfrentar la subida come piernas… veo pasar de vuelta a Enzo, Matías, Oscar, Bernard… mi objetivo es avanzar lo más posible… la carrera no ha terminado y aun quedan 30k… desde lo más profundo me hubiese gustado alcanzar a Oscar… los TNF llegando juntos.

Subo el cerro… y el sol + la pendiente… me comienzan a masticar las piernas, pero no me las puede tragar… alcanzo al amigo de Mundo Running, nuevamente… corre.. filma… se devuelve… y sigue… alcanzo al resto de los Solo Fondo, es el kilometro 45… hay que bajar el cerro… y si hay algo que me entusiasma son las bajadas sin frenos… me alejo de los corredores alcanzados, y comienzo a alcanzar a los que vi pasar de vueltas… de a poquito en poquito… aun quedan 20k para Villarrica,  tengo maní, pasas, 3 barritas, como 10 ½ hora, y 500cc de hidratante + 200 de agua.

Se que puedo encontrar agua en el k50… el Sol a ratos me desanima…. Pero no el creo mucho al Sol… le sigo creyendo mas a mis piernas… sigo alcanzando corredores.. y par de vasos de agua en el k50 me dan animo de nuevo… tengo como 400cc de hidratante para 20k… hay que terminar esta cuestión… en un camino ondulante de arena, larguísimo encuentro a Bernard… ufff… intercambiamos señales de ánimo… y seguimos… y seguimos… y seguimos… hay un letrero que dice Villarrica… el pensamiento es “ al menos ya se que voy bien, y no me he perdido”… un carabinero me dice que quedan 5k… 2 rurales.. y 3 de pavimento… se me hicieron largos los 2k… pienso que el instrumento de medición que utilizo estaba mal calibrado… habrá sido digital o análogo?? Sabrá algo de teoría de error?? Hay que seguir… y los 2k no se acaban… bajo y vuelvo a subir ondulaciones… a ratos ya camino a ritmo de marcha cuando veo sombra… y entonces… veo el pavimento… jajajaja las curiosidades de la vida… me alegro de ver pavimento… en fin… llego al pavimento bien… y lejos otros corredores… veo sombra camino… y se alejan… se hizo lo que se pudo y hay que terminar contento esta carrera veo el tiempo y llevo 7 horas… antes de correr pensé que si la hacía en 8 estaba bien… entonces hay que reformular objetivos… quedan 3k… el Sol es muy fuerte… cuando paré los corredores se alejaron… lo puedo hacer en menos de 7:30… y empiezo un trote que en las bajadas era la corrida de quien esta terminando 70k.. y se alegra de llegar… alcanzo y paso otra corredora… un corredor con quien le da animo desde la bicicleta antes de que falte 1k es el próximo objetivo… y también logro pasarlo…. Llevo 7:20 de carrera y puedo hacerlo en menos de 7:30… entonces a lejos la META… y ahí mas nada… me gusta rematar cuando me quedan hartas energías… no llevo agua… me quedan 2 barritas y varios ½ hora… cruzo la meta en 7:25… a pesar de todo… fue una bonita carrera. Saludos a los amigos que esperaban… y bebo y bebo y bebo agua… y Oscar con primer lugar en su categoría! El “Casillero” es para celebrar ese primer lugar!!!
Buena carrera… a pesar de todo…