El día viernes 6 de Noviembre debía hacer clases hasta las
10am terminando aquello, me fui tapido al aeropuerto y a las 13:00 ya viajaba
camino a Corralco Challenge por 70k. A
las 16:00 ya estaba en el aeropuerto de Temuco y a mas de 120km de Corralco, el
retiro de Kit era hasta las 19:00 horas y debía tratar de llegar por el…
Conocí dos personas que iban a la carrera y habían arrendado
un transfer con ellos pude viajar casi dos horas hasta el lugar de retiro de
kit y desde el mismo lugar donde sería el inicio de la competencia a las 6:00,
allí ya uno se encuentra con los amigos de rutas compartidas, Verónica Lobos, Guillermo
Sallato, Nelson Villavicencio, el volcán imponente de fondo y el frío se
respira por los poros… lejos de todo, con frío de montaña abrazador, y un poco
solo frente a frente mirando a los ojos el desafío.
Las reuniones poseían información trascendental para las
rutas, el primer abastecimiento no estaría a 5km sino a un poquito más de 10,
eso cambiaba notoriamente al forma de enfrentar la carrera, en esta oportunidad
se corrió 15 km, 32km y dar la vuelta al
Volcán Lonquimay completando 70 km en una ruta para recordar, recordar y
seguir sonriendo. La reunión se extendió hasta pasadas las 21:00 un poco tarde
considerando que hartos nos hospedábamos a varios kilómetros de ahí y ni idea
como movilizarse si no andabas con vehículo, además se daba la indicación que a
las 5:00 ya había que estar presente en la línea de largada.
Tuve mucha suerte de hablar con Guillermo y Vero, por que
consiguieron que los amigos de Green Trail que también se hospedaban a unos
tantos kilómetros, me llevaran hasta el hostal donde amigos de Mundo Running se
hospedaban (unos 12 km), mil gracias Andrés Cordero, la camaradería abrigo el frio
de la montaña… esa noche compartí una taza de te con los amigos MRT y
preparamos las mochilas, la hidratación, las gomitas, el alimento de marcha,
descanse un par de horas en un camarote y había que estar listo para el largo
viaje alrededor del Lonquimay (Cabeza Tupida en Madungun). A las 5:00 me paso
fue a buscar Francisco Paredes y otra vez mil gracias a Green Trail, habiendo
cruzado un par de palabras en los cerros toda la camaradería quedaba al
descubierto, no era fácil llegar de un hospedaje hasta el hotel Corralco, menos
a esa hora. Llegamos y hacia muuuuucho frio, aun oscuro, del Volcán solo
mostraba blancos dientes de nieve, el frío era hostil en un paisaje de ensueño.
A minutos de ser las 6 de la mañana, aun oscuro y con bastante frío… para toda
la competencia habían cuatrocientos corredores inscritos y en los 70 km solo 33,
yo era uno de ellos en la línea de partida, la polera de Mundo Running, las
manguitas del kit, compresoras y nuevas zapatillas con Goretex (no era la
mejor elección pero era lo que tuve), la luz frontal encendida… y empezamos el desafío,
me encanta observar las araucarias, pero desde un comienzo la subida progresiva
entre araucarias a la altura de la rodilla rompía las piernas, subimos un
cerrito de piedras y es tan densa la neblina que no es posible ver a un par de
metros… sigo los corredores que logro divisar vamos con José Ruiz… cata alegría… no hay marcas visibles, caminamos en el filo de un cerrito con muchas piedras sin divisar el camino…
nos dividimos y
gritamos por si los punteros logran ver marcas… de apoco avanzamos y logramos
divisar una palometa más abajo… corremos hacia allá vamos en el grupo de avanzada,
habíamos subido de inmediato una distancia considerable, ahora hay que bajar
por un bosque y nos aproximamos rápidamente por esa pendiente negativa a los
primeros 10k y un punto de abastecimiento con agua e isotónico… seguimos a poco
andar hacia el kilómetro 15 y la nieve es en demasía, en principio solo zigzag,
luego en plano y muy blanda, hasta las rodillas, las zapatillas con Goretex
impedían que saliera rápido el agua y me empezaban a doler de a poquito los
dedos de los pies… trote hacia el kilómetro 20, donde de lleno era un bosque a
veces ya sin sendero, marcas si, senderos no… piedras, arboles cruzados, nieve,
riachuelos… para finalmente salir a
piedra volcánica, piedras donde es muy fácil torcerse el pie, piedras que se
rompen al pisar y caes un poco más de lo pensado, piedras duras, todo es
descubrir donde se cree pisar con algo de seguridad, el suelo falla y hay que
levantarse para seguir. Voy ubicándome dentro de los 10, antes del kilómetro 30
me pongo 5, luego 4 y sigo a la caza del corredor que me antecede… hay mucha
nieve, pero me siento con ganas de trotar… le alcanzo y me ubico en el puesto
3, hay puentes de nieve, donde marcados riachuelos de deshielo circulan por
abajo, el pisar en el lugar equivocado significa caer por ahí hasta una cierta profundidad
y al agua helada, sigo el camino difícil por la nieve, mis pies me duelen un
poco… y entonces hay que cruzar un río de deshielo… mas nada lo cruzo con personas
que observan de ambos lado pues es complejo el escenario… y al cruzar el dolor
no me deja caminar, trato de concentrarme y de dar un paso, me cuesta, y lo
logro, seguimos de pie entre la nieve, el dolor es pasajero… una larga bajada
por senderos muy marcados, lleno de vegetación y múltiples riachuelos con
deshielo que cruzan el camino…
troto resistiendo el golpeteo de la rodilla y
los pies mojados me había dolido bastante… tropiezo muy fuerte contra un
tronco, no caí pero el dolor de espalda por el efecto látigo me acompañaría en
toda la bajada, el miedo a caer también me seguiría un rato, paro en un
deshielo me mojo la cara, la cabeza respiro… y sigo entre tanta vegetación es
una bajada de cerca 15 kilómetros… voy en el kilómetro 40 cansado, pero feliz
del paisaje, de la claridad de las nubes, el espesor verde que nos envuelve, al
vida que nos pone pruebas, y el volcán visto por todas partes… en el kilómetro
42 teníamos un punto de drop bag, deje dos cosas… un bloqueador y una lata de #KiWay, habían plátanos naranjas e isotónico,…
la vida sigue y después de 5 horas y medias, la carrera recién empieza, es
cuesta arriba y subimos casi 1k vertical en 15 kilómetros... estoy cansado pero
vivo… troto despacio, hay que salir de ahí… a los costados me sorprenden los
cráteres tan marcados, subidas y subidas que me empiezan a comer las piernas,
lagunas de transparencia colorea, verde, azul, naranjo.. árboles secos
sobreviviendo erguidos en medio del agua… puedo divisar algo de la cumbre pero
de vuelta a la nieve, el corredor que me sigue esta a 1 kilómetro, estoy muy
cansado… y a lo lejos, entre los cerros veo el perfil del corredor delante mío,
tengo un motivo para volver al trote, troto en la medida que puedo y alcanzo la
cumbre estoy muy cansado me siento, bebo un jugo y cabeceo para dormir, me echo
nieve en la cara en el cuello, tengo mucho sueño, debe ser la hipoxia tengo que
salir de ahí porque ahora siento mucho frío…. Empieza la bajada solo unos kilómetros
mas allá, y entonces pasando el kilómetro 60… hay que trotar, mucho nieve
blanda otra vez, troto… acuso dolor en el gemelo izquierdo… tropiezo entre la
nieve y caigo pero es una carrera de 10 kilómetros.. estoy llegando, ya diviso
gente me ven pasar estoy llegando a suelo firme y entonces me alientan… tomo el
ritmo de trote, y no he soltado un palo que recogí en el kilómetro 3 para poder
avanzar, subirme, sujetarme en la nieve cada vez que caí, estoy llegando y me
quedan menos de 5 kilómetros veo el hotel… sé que puedo, resisto el trote hasta
el final, llego a los vehículos, entro en la recta final y cruzo la meta en 9
horas y 30 minutos, tercero en la general, después de una larga travesía… la
vida fluye, y a veces, fluye como cascada…
No hay comentarios:
Publicar un comentario