miércoles, 27 de marzo de 2013

Atacama Crossing 2013 (Stage 4)

The Infamous Saltflats, creo fue la etapa mas esperada de las previas al "día largo"... si sobrevivías tres días en el desierto, aun quedaba nada mas ni nada menos de Infamous Saltflat antes de enfrentar the Long March, es decir, si sobrevivías a eso, aun no habías llegado al límite.



Este día fue cuando me tomaron la foto que se transformó en la mas sensible cuando volví a la Tierra. :)


Los salares son muy hostiles, antes del desierto, para mi salar era uno por esencia y ahí quedaba... no había diferencia entre salares mas verdes o salares blancos.

Sufrí con los salares verdes pero quizás mas con los salares blancos, no es tan fuerte la sensación térmica por el sol, como por el reflejo de esta, el calor se siente en la piel, sientes como se quema la piel con la ropa dura por la sal, y la cara cada vez con mas grietas. Mi admiración empieza por cada uno de los que pensó en ir, y es mas palpable con la gente que vi pelear día a día con el dolor, el hambre y el frío. En Chile tenemos la posibilidad de compartir con locos que han explorado estos límites; Nahila Hernandez, Cristian Sieveking, Daniel Rowland, por ejemplo, o mas cercanos aun y dignos de una completa admiración Andrea y Fernando. Es duro el desierto, pero no fue lo suficiente como para derribarnos.


Esta cuarta etapa con sus 40 y algo kilómetros era la prueba de fuego, pues había que salir lo "mas entero posible", The Infamous Saltflats pues cambiaba el terreno pero seguían siendo salares, kilómetros y kilómetros cruzando el salar de Atacama...



El cuarto día, cruzábamos un par de lagunas... tan cerca y tan lejos, de hecho pernoctamos al costado de una laguna, había agua pero si uno se mojaba no había forma de sacarse la sal después, tan cerca y tan lejos...

Tal como empecé el post, el concepto fue sobrevivir, no estábamos ya enteros físicamente como el primer día, pero habíamos decidido enfrentar el día largo con mas fuerzas que el primer día, así finalizó el cuarto día y esperando The Long March.


Por la tarde luego de las curaciones y el te respectivo :) pude ver los mensajes que me habían enviado de apoyo y transmitiendo que estábamos acompañados, que cada vez que recuerdo eso, vuelvo a sentirme sentado en una pequeña silla en el desierto, mientras me lleno de fuerzas delante de una pequeña pantalla de computador. 

Habíamos avanzado al quinto día y había que dar la pelea para entrar en los top ten, ese día supe que estaba 12 en la general y que estaba dispuesto a correr.





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